El Ayuntamiento de Mijas aprobó ayer la explotación de los negocios de su litoral hasta el año 2018. Entre las cláusulas aprobadas destaca que a partir de ahora los responsables de los catorce chiringuitos de la localidad no podrán usar cañas para ensartar los tradicionales espetos de sardinas, una medida que ha encendido el debate en el sector, no sólo en Mijas, sino en toda la Costa del Sol.
La edil de Playas en el Ayuntamiento del municipio, Carmen Márquez, explicó que una normativa elaborada recientemente por la Junta de Andalucía obliga a los chiringuitos a usar varillas de acero, en lugar de las convencionales de caña, para asar este pescado. De esta manera, se garantiza la salubridad de este popular plato malagueño, según la concejala. «Nuestra intención es mostrar al visitante el mejor servicio en nuestras playas. Los propios chiringuiteros, además de los consumidores, serán los beneficiarios de esta medida», explicó Carmen Márquez.
La edil responsabilizó a la Junta de tener que adoptar esta medida pero el delegado de Salud, Daniel Pérez, afirmó ayer a este diario que la Junta no ha prohibido el uso de cañas.
Además, Carmen Márquez añadió que los espetos se tendrán que hacer en estructuras desmontables en forma de barca, de aluminio, fibra o madera.
Para el presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, Manuel Villafaina, la polémica está servida. Y es que el representante de los chiringuiteros reconoció que las varillas de aluminio son «más higiénicas» que las tradicionales de caña, pero se mostró contrario a que se prohíba el uso de las cañas para asar espetos.
«No nos gusta que nos obliguen. Máxime, cuando se trata de una forma de hacer el pescado exclusiva de nuestra provincia. La caña y el espeto son muy malagueños y no se pueden abolir», dijo.
«Es más fácil de limpiar y resistente»
El presidente de la Asociación de Empresarios de Playa de Mijas, Sergio Morales, sí avala la decisión impuesta por el Ayuntamiento de Mijas. Asegura que los espetos de acero inoxidable «son mucho mejores que las cañas» por varias razones. «Son más fáciles de limpiar y mucho más resistentes. Además, la calidad del espeto es la misma que si se hace como tradicionalmente, con la caña, que cada vez es más difícil de conseguir y conlleva un trabajo que lleva mucho tiempo. Como es hacerlas», manifestó. Morales es propietario del chiringuito Royal Beach mijeño y lleva cuatro años usando este sistema para asar los pescados, por lo que está convencido del éxito.
Fuente: La Opinión de Málaga